Una bicicleta es una vehículo muy bien diseñado, y altamente perfeccionado en sus versiones más modernas, casi tanto como el cuerpo humano que la mueve. La unión del hombre y la bici se convierte en la combinación ideal. En comparación con la carrera a pie, nos permite desarrollar velocidades y distancias enormes, y con una capacidad de recuperación que hace que la podamos utilizar día tras día, de manera casi indefinida, sin producir apenas lesiones, ya que al no haber impacto contra el suelo, los músculos apenas se lesionan.
Desde que tengo uso de razón, he sentido admiración por las bicicletas al permitirnos llegar donde queramos de una manera fácil y sencilla. Son innumerables sus ventajas, y para muchos, entre los que me incluyo, constituye una forma de vida.
Para los niños, representan un elemento lúdico de primer orden que mejora su condición física y afianza su desarrollo psicomotor. Para los adultos, puede convertirse en uno de los deportes más sanos y completos que existen, y también en su medio de transporte diario. Para ambos, las posibilidades y usos que ofrece este vehículo, pasa por una adecuada educación al respecto, algo de lo que carece nuestra cultura española, la cual prima siempre la utilización del coche, que está mejor visto socialmente, y los que nos desplazamos en bicicleta parecemos bichos raros.
Es crucial que los adultos concienciemos a los más pequeños de la importancia de su uso y eso no solo sirve con enseñarles a manejarse sobre las dos ruedas, sino que habrá que dar ejemplo haciendo menos uso de los vehículos motorizados.
Montar en bici te hace libre y te hace ver la vida de otra manera, mientras que coger el coche es muy cómodo y no lo voy a negar, pero nos saca lo peor que llevamos dentro: agresividad, frustración, pasividad,… en cambio cuando das pedales te conviertes en otra persona cargada de buen humor, positividad, mente aclarada… y un sinfín de cosas buenas, que en definitiva, te hacen comer el mundo.
Cierto es, que el fomento del uso de la bici no está muy extendido entre los poderes públicos, por eso, aunque parezca algo idílico, deberían estar subvencionadas por las empresas para ir a trabajar puesto que nos haría rendir más, pero en cualquier caso las bicicletas son muy baratas y apenas tienen gastos de mantenimiento.
Si no tienes bici, o la que tienes es muy vieja, es hora de que te pases por alguna de las tiendas especializadas de tu ciudad y te dejes asesorar para comprar aquella que se adapte más a tus características, porque hay un sinfín de modelos, tallas y precios, será la mejor inversión que puedas hacer y dispondrás del vehículo más eficiente creado por el ser humano.
A buen seguro cambiarás tu forma de vida, ¡pásate a las dos ruedas!
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