El cerebro nos impide rendir al máximo produciendo fatiga

Habrás notado como a veces cuando tratas de esforzarte mucho físicamente el cuerpo te envía señales en forma de fatiga para que bajes la intensidad del ejercicio. Estas señales, creadas en el cerebro, se originan mucho antes de una situación límite para así conseguir que no llegues al máximo de tus posibilidades protegiendo tu “maquinaria” corporal.

Nadie pone en duda que se puede entrar en fatiga por colapso muscular o energético, lo cual es muy estudiado por la fisiología, pero a menudo se deja de lado esas sensaciones de fatiga que nos manda el cerebro y que no se corresponden a ningún mecanismo fisiológico claro, pero que impiden mejorar el rendimiento en situaciones críticas como las que se viven en cualquier competición.

Os daré tres sencillas tácticas que a mi me han venido muy bien para afrontar situaciones de fatiga en momentos en los que necesitaba rendir al máximo:

  • Escuchar música: aunque no soy partidario de llevar los cascos en competición ya que impide que nos centremos en las sensaciones corporales, puede ser útil en esos casos en los que aparece la fatiga por desmotivación. Ver: ¿Se rinde más al escuchar música?
  • Tomar algún suplemento tipo electrolitos, vitaminas, ginseng, guaraná…. que si bien el efecto fisiológico no influye demasiado en el rendimiento (raro que llegue al 1% de mejora), lo que si es cierto es que produce un efecto placebo sobre el cerebro que es mucho mayor que el efecto real., así se pueden comprobar diversos estudios en los que dando simplemente agua aromatizada a los deportistas, se autosugestionaban de que mejoraba el rendimiento, produciendo una mejoría real en torno a un 5% que es muchísimo en términos de resultados finales.
  • Chupar un caramelo o algo dulce en la boca, ya que también han sido varios los estudios que han constatado que el tener algo dulce en la boca e ir chupándolo, hace que se manden señales al cerebro para retrasar la sensación de fatiga y aumentar la capacidad de resistencia. Yo suelo llevar siempre en la boca durante las competiciones un cachito de palo de regaliz que voy ensalivando mientras dura la prueba.

Nuestro cerebro actúa como una madre sobreprotectora pero con cierta sugestión podemos anular parcialmente ese instinto de protección que nos impide sacar lo mejor que llevamos dentro. Y esto puede explicar la diferencia entre deportistas que tienen las mismas condiciones físicas pero que en competición rinden de manera diferente, decantándose el éxito siempre por el que es capaz de mitigar las señales de fatiga que les manda el cerebro con diversos trucos como las que os he dado.