Escucha a tu cuerpo cuando susurra y no cuando grita

Estamos acostumbrados a hacer caso omiso a las pequeñas señales de alarma que nos da el cuerpo y tendemos a ignorarlas pensando que carecen de sentido, pero en realidad, son un mensaje sutil que nos da el organismo para que cambiemos algo, ya que sino el siguiente estadio no sería un susurro, sino un grito en toda regla, y entonces, ya no hay remedio ni solución. Hagamos pues un breve repaso sobre algunos de los muchos avisos que nos da el cuerpo al hacer deporte y que igual muchos de vosotros no sabéis identificar:

  • Dolor de cabeza y notar que estáis más irritables: es síntoma de una bajada de los niveles energéticos del organismo ya sea por un déficit o un exceso de actividad física.
  • Pereza extrema: se correlaciona con hacer siempre el mismo entrenamiento, ya que estamos hechos para la variedad de movimientos y ejercicios.
  • Diarrea o gastroenteritis: puede ser debido a no llevar una correcta alimentación ya sea por exceso de fibra o exceso de productos procesados.
  • Cansancio excesivo: el ejercicio desgasta mucho nuestros glóbulos rojos de la sangre y hace que necesitemos más hierro, así que un cansancio excesivo durante el día sin causa aparente que además nos limite en esfuerzos máximos puede ser debido a una falta de hierro.
  • Agujetas: surgen cuando queremos ir más deprisa de lo debido y no hay una progresión en los distintos ejercicios planteados en los entrenamientos.
  • Ahogo: querer seguir el ritmo de alguien mejor preparado que nosotros nos saca del punto y notamos una sensación de ahogo al respirar. También puede darse antes de la competiciones importantes propiciado por los nervios precompetitivos.
  • Dolor de rodillas: un exceso de carga en los entrenamientos, sobre todo si son de carera, desgasta los cartílagos y hace que tengamos artrosis y nos molesten las rodillas al correr o cargar peso.
  • Hambre voraz: cuando se acaba el glucógeno hepático que es el que abastece el cerebro de glucosa, o cuando hay un déficit de aminoácidos en sangre por llevar una dieta hipocalórica, se dispara un apetito inmenso.
  • Mareo: si se tienen vértigos y confusión a menudo, y se ha descartado que sea un problema de tensión, puede ser síntoma de una alteración metabólica o cardiaca.
  • Ardor o pesadez de estómago: producido por no haber hecho la digestión o haber comido demasiado.
  • Dolor de espalda: es indicativo de una falta de tono en nuestra zona core, que es faja que rodea toda la cintura y conviene siempre tonificar.
  • Hormigueos y calambres: producido por sudoración excesiva sin estar aclimatados a las temperaturas altas y al ejercicio.
  • Sed: las ganas de beber agua surgen cuando hay una pérdida de líquidos considerable previa a la deshidratación.

Además de estos avisos, debemos ser conscientes de que siempre que tengamos dolores será síntoma de que algo va mal, y si hacemos caso omiso tendremos una lesión asegurada. Por tanto, haz siempre caso a tu cuerpo y no te creas un superman, porque si no paras a tiempo, tu cuerpo ya no susurrará sino que gritará.