Esta es una pregunta que me hacen a menudo muchos deportistas que alarmados por su bajo o alto pulso, quieren saber si esto puede ser algo malo para su corazón y rendimiento deportivo. Por un lado tenemos a los que dicen que no son capaces de pasar de 160 pulsaciones por minuto (ppm) por mucho esfuerzo que hagan y otros que dicen que a la mínima que se esfuercen llegan rápidamente a las 200 ppm.
El pulso o latidos del corazón es algo particular de cada persona y si bien hay una regla que dice que el pulso máximo son 220 menos la edad ya que el pulso tiende a bajar a medida que nos hacemos mayores, esto es algo muy general y no acierta demasiado con las particularidades de cada persona.
Al igual que sucede con la estatura va a ver una diferencia individual significativa con un claro componente genético. También en función del sexo, ya que las mujeres tienden a tener más pulsaciones que los hombres. Y no dejemos de lado el tipo de deporte, ya que nadando o en bici suben menos las pulsaciones a un mismo nivel de esfuerzo que por ejemplo corriendo, debido a la posición del cuerpo que necesita menos esfuerzo para bombear la sangre.
Respecto al rendimiento, tener las pulsaciones altas o bajas no es sinónimo de que ser mejor o peor, ya que es como si dijésemos que es mejor ser alto o bajo para correr más rápido, y podemos ver que hay corredores altos que corren menos que los corredores bajos, y viceversa, por lo que no es un parámetro que sirva para medir cuanto de buena es una persona, deportivamente hablando, sobre todo a nivel aeróbico que es lo que más curiosidad suscita.
Lo que si es cierto, es que aquellos que hacen deportes de resistencia, tienden a bajar su pulso en reposo ya que el corazón se adapta a ese tipo de actividad, y se vuelve un poco más grande (bradicardia) para poder bombear más sangre cuando se está en movimiento, por lo que luego en reposo se necesitan menos latidos para enviar la misma cantidad de sangre.
En cuanto a las pulsaciones máximas, no suele ocurrir lo mismo a no ser que estemos con fatiga, ya que si bajan las pulsaciones máximas de una persona, sería como limitar a un Ferrari de revoluciones, y eso no es bueno a nivel de rendimiento deportivo. Hay veces que notamos que nuestro pulso no sube al habitual, y eso no es síntoma de daño o alteración del corazón, sino que se debe a cansancio, ya que al estar fatigado muscularmente, no se demanda demasiado oxígeno y por tanto cuesta subir de pulsaciones.
A nivel de salud no debemos estar pendientes del pulso que no hay que superar, puesto que el cuerpo tiende a protegerse mucho con la fatiga que nos genera, evitando siempre llegar al límite máximo de pulsaciones que realmente soportaría. Y esto indica, que no hace falta disponer de un pulsómetro, a no ser que tengas un problema de corazón y el cardiólogo te lo haya indicado. Por ello el uso del pulsómetro al hacer deporte no va a proteger demasiado nuestra salud y deberíamos guiarnos más por nuestras propias sensaciones corporales, algo que parece que con tanta tecnología a pasado a un segundo plano.