Las personas que entrenan regularmente experimentan un sentimiento de euforia, llamada euforia del deportista, que propicia un aumento notable de la felicidad y una activación del organismo después de hacer ejercicio.
Tradicionalmente se ha relacionado esta euforia a las endorfinas (neuroquímicos similares a la morfina), pues aumentan en la sangre en respuesta al dolor y al estrés, como cuando se hace ejercicio, pero estas endorfinas no pueden atravesar la barrera hematoencefálica del cerebro, y las investigaciones no han demostrado que el ejercicio aumente los niveles cerebrales de esta sustancia.
Pero lo que sí aumenta en el cerebro después una actividad física es un neurotransmisor llamado anandamida, que bloquea temporalmente las sensaciones de dolor y depresión, y son los efectos que atribuimos erróneamente a las endorfinas. Da igual como llamemos a la sustancia que produce la euforia del deportista, ya que lo más importante es que cualquier tipo de actividad física tiene efectos inmediatos indiscutibles sobre el estado de ánimo.
También se ha demostrado que el ejercicio físico genera nuevas neuronas excitables que liberan un neurotransmisor (GABA) que inhibe la activación neuronal excesiva, ayudando a inducir un estado natural de calma de la misma manera que muchos medicamentos antidepresivos. Pero esto no es todo, y es que, también hay un aumento de otras poderosas sustancias químicas cerebrales como la serotonina, la dopamina o la norepinefrina, que convierten a tu cerebro en la mayor, más potente y eficaz farmacia existente para prevenir y tratar la depresión, sin ningún efecto secundario.
Mi consejo para este nuevo año es que en vez de ver el ejercicio como un instrumento para adelgazar, prevenir las enfermedades y vivir más años, deberías verlo como una herramienta cotidiana para sentirte mejor, lo cual te servirá de recompensa a corto plazo.
Se ha constatado que aquellos que dicen hacer ejercicio porque se sienten mejor, hacen más deporte a lo largo del año que los que dicen valorarlo solamente por sus beneficios para la salud. Y es que, nadie pone en duda que las recompensas inmediatas son más motivadoras que las lejanas. Reducir el estrés y la ansiedad y sentirse feliz al instante de hacer deporte es sin lugar a dudas más motivante que, bajar el colesterol, adelgazar o no desarrollar un cáncer en el futuro.
Si quieres ser más feliz, no te quedará otra que calzarte las zapatillas y moverte. Con este sencillo propósito seguro que llegan otros muchos como bajar de peso, pero piensa que lo más importante es que veas el deporte como una forma de sentirte mejor para así transformar tu vida en el 2017.
¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!