Los deportistas populares no aspiran a participar en las olimpiadas, pero todos quieren mejorar sus marcas y sobre todo progresar de uno u otro modo; de ahí que, los corredores por ejemplo, tiendan a competir en pruebas más largas o exigentes.
El problema surge cuando a pesar de realizar bien los entrenamientos, no se logra progresar pasados unos años.
En los inicios en una determinada práctica deportiva, como bien pueda ser la carrera, vemos que progresamos más rápidamente que cuando ya llevamos un tiempo practicando este deporte; esto sería lo normal, es decir los progresos son menores con el tiempo, pero lo anormal sería el estancamiento permanente; recordemos que un deportista popular tiene un margen de mejoría de muchos años, así por ejemplo un corredor desde que se inicia puede tardar entre 7 y 9 años en conseguir sus mejores resultados a pesar de empezar con una edad adulta avanzada.
Luego, a partir del paso de los años, el objetivo de mejora será seguir cumpliendo años y mantenerse al nivel y en las marcas de cuando uno era más joven, y eso también es progresar para sentirse vivo y motivado en el deporte que se practique.
Si eres de los que te preguntas, qué es lo que te está pasando para estar estancado y desmotivado en tu deporte, te diré que una de las principales causas de que ocurra eso es la monotonía de los entrenamientos.
Pensamos que con repetir el mismo plan de ejercicios una y otra vez seguiremos mejorando y disfrutando de la práctica deportiva indefinidamente, pero en realidad ¡nos estancamos! e indudablemente nos sentimos frustrados pues la mayor satisfacción que puede haber para un deportista es la de superarse y mejorar.
La variabilidad del entrenamiento será la solución por varios motivos:
- Produce mejoras en el rendimiento ya que los estímulos que no varían durante un largo periodo de tiempo conducen a un estancamiento de las mejoras conseguidas; esto tiene una razón científica y es que cuando nos sometemos a un entrenamiento determinado de manera repetida, el organismo paulatinamente se va adaptando a nivel orgánico y estructural, pero cuando el estímulo que se repite en el tiempo es siempre el mismo, el organismo deja de adaptarse, se estanca e incluso a veces involuciona.
- Permite que el entrenamiento gane en intensidad y volumen, lo que a su vez permite mejorar el rendimiento, con lo que si alternamos diferentes ejercicios podremos entrenar más y mejor.
- Previene las tan temidas lesiones, pues la mayoría de ellas se producen por repetir una y otra vez el mismo gesto y ejercicios.
- Ayuda a disfrutar más, si bien al principio nos puede costar un poco pues muchas veces la rutina forma el hábito y esto cuesta cambiarlo, pero con el tiempo veremos que hasta es más ameno y divertido cuando no hago siempre lo mismo; está claro que la repetición del mismo tipo de ejercicio provoca una monotonía que termina por aburrir y desesperar.
¡RECUERDA! Necesitamos darle continuamente variedad a nuestro entrenamiento para seguir progresando.
¡OJO! No podemos confundir el dar variedad al entrenamiento con hacer lo que se me venga en mente. Debemos tener una correcta planificación en base a unos objetivos y ser guiados por un entrenador cualificado (educador físico deportivo).