«Las gentes que nunca se preocupan por sus antepasados jamás mirarán hacia la posteridad (Edmund Burke)»
Si has respondido que no entonces, es que tu práctica deportiva puede carecer de sentido.
El ser humano ha llegado a nuestros días con casi la totalidad de los genes que teníamos en la prehistoria, lo que implica una terrible desadaptación a esta era moderna de las comodidades.
La fisiología humana se fue forjando a lo largo de miles de años con un claro objetivo de supervivencia, y no funciona de manera fluida con el estilo de vida de nuestros días.
Es por ello, que en esta sociedad de los infinitos adelantos tecnológicos, hay quienes no entienden por qué hay personas que les guste tanto el deporte.
Si hacemos una comparativa con la finalidad real de la actividad física de la prehistoria, veremos que su movimiento que iba encaminado a estas tres cosas:
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Salvar la vida.
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Vencer a un enemigo.
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Mejorar el estatus social.
Estos objetivos primigenios, aún siguen estando presente en los genes, así que estaremos supeditados a ellos para entender la práctica deportiva de nuestros días.
HACER DEPORTE PARA SALVAR LA VIDA:
“En la prehistoria nos movíamos para salvar la vida, ya fuese huyendo de un depredador o esquivando cualquier otro peligro de la naturaleza”.
>> En nuestros tiempos mucha gente hace deporte para no enfermar y huir de los peligros modernos asociados a la inactividad y exceso de tecnología; está más que demostrado que moverse y practicar deporte, nos salva, protege y cura contra muchas patologías, y este es el gran objetivo por el que muchos se enganchan al deporte.
HACER DEPORTE PARA VENCER A UN ENEMIGO:
“Luchar contra rivales de tribus enemigas, ya fuese por un territorio o por comida, siempre ha estado presente en la historia de la humanidad, y antiguamente el movimiento corporal junto con las armas rudimentarias existentes era la principal baza para salir airosos en cualquier batalla, pues se carecía de tecnología, así que el moverse con soltura y tener fuerza era la diferencia entre vencer o morir”.
>> La actividad deportiva actual está cargada de competiciones más o menos regladas con las que medirnos y tratar de vencer a “nuestros rivales”, siendo este un objetivo prioritario para muchos que quieren ganar a toda costa al vecino o al compañero de trabajo, ya sea jugando al tenis, al padel o corriendo una prueba popular; esto no es malo porque despierta nuestro espíritu guerrero que nos hace rendir, esforzarnos y disfrutar más de la práctica deportiva pero siempre que no se convierta en algo obsesivo.
HACER DEPORTE PARA MEJORAR EL ESTATUS SOCIAL:
“El instinto de ser alguien influyente en la tribu donde pasábamos el resto de nuestras vidas tenía una clara repercusión en la calidad de vida y las posibilidades de perpetuar descendencia”.
>> Este instinto, se ha disparado exponencialmente con la llegada de las redes sociales: tenemos que hacer entrenamientos, competiciones y un sinfín de proezas deportivas, a veces absurdas, con las que conseguir ese ansiado estatus social a través de tener muchos seguidores, muchos likes y demás halagos, que según los psicólogos especializados en el tema puede convertirse en algo peligroso, pues va a condicionar nuestro comportamiento sobrepasando sin control el límite saludable del deporte, y dejando de lado otras cosas más importantes de la vida.
Espero que te haya quedado claro, que incluso en el deporte estamos más influenciados de lo que creemos por nuestros genes primitivos.