«Quien volviendo a hacer el camino viejo aprende el nuevo, puede considerarse un maestro (Confucio)»
La respiración es un acto esencial de cualquier persona sea o no deportista, y pocas veces se le da la relevancia que realmente merece. En este caso, no quiero explicaros como respirar cuando se hacéis deporte pues ya la lo explique de manera breve en otra entrega, pero quiero incidir en como dejar de respirar o contener la respiración en ciertos momentos puede ser una estrategia útil para oxigenar aún más los tejidos aunque nos parezca justamente lo contrario.
Se ha enfatizado mucho en forzar la respiración en cualquier tipo de esfuerzo deportivo pensando que aumenta el rendimiento, y entre esas recomendaciones las encontramos en ciertos ejercicios anaeróbicos como cuando hacemos pesas, pues nos ponemos a respirar de manera forzada en cada movimiento, cuando realmente es una activad anaeróbica, que implica rutas metabólicas que no requieren oxígeno para obtener energía. Y por ello este sobreesfuerzo respiratorio inducido de manera no natural, no suele ser nada beneficioso.
Respirar más de la cuenta es como comer más de la cuenta, no tiene beneficios sino perjuicios.
Para resetear este problema aprendido o inducido por factores como la ansiedad, los nervios o los estados de estrés que a menudo vivimos en nuestras vidas, conviene hacer pequeñas pausas respiratorias a lo largo del día hasta que no se aguante más y se necesite respirar; y aunque haya métodos específicos como el Buteyko, yo no me complicaría la vida, y lo haría más natural, y siempre que nos acordemos, tratar de hacer pausas respiratorias ya sea en el coche, andando o sentados en el sofá; notarás como cada vez vas aguantando un poco más.
Llevo años probando un hipopresivo adaptado cuando salgo a correr. Consiste en expulsar todo el aire de los pulmones cada ciertas respiraciones, a la vez que se eleva el diafragma metiendo la barriga hacia arriba y adentro, y ese momento hago un esprint de 30-50 m sin respirar hasta que no puedo aguantar más la respiración, y el cuerpo me pide respirar si o si, en cuyo momento noto un ligero cosquilleo por las extremidades (brazos y sobre todo las piernas que es donde están los músculos que más he activado), y cuando empiezo a respirar noto como se oxigena mejor toda la musculatura corporal con una sensación muy placentera.
Aguantar la respiración con los pulmones vacíos eleva el nivel de CO2 de la sangre y eso hace que luego cuando se respire se capte (intercambie) más oxígeno, justo lo contrario a cuando se respira mucho, que produce un descenso de los niveles de CO2 en sangre y se va a captar menos oxígeno al respirar, y eso no es nada bueno.
Y como recomendación final para hacer respiraciones más correctas, es respirar siempre por la nariz, que para eso es la estructura diseñada específicamente para ello y no por la boca, salvo casos muy puntuales de esfuerzos físicos que exijan mucho aire, y si de noche respiras por la boca es recomendable hacerse con algún dilatador nasal o tiritas que abran las fosas nasales, o incluso algo que parece muy basto pero que que a mi me ha ido muy bien y es ponerse un esparadrapo en la boca, con lo que de manera inconsciente fuerzo a respirar por la nariz dejando de roncar; parece algo raro e incómodo pero es efectivo para los que solemos roncar y abusar de la respiración por la boca mientras dormimos.