«No pidas una carga ligera, pide unas espaldas fuertes. (Theodore Roosevelt)»
Seguro que alguna vez te ha dolido esta zona del cuerpo, afectándote tanto para tu práctica deportiva como para la cualquier gesto de la vida diaria, y lo habitual es hacer erróneamente más reposo del debido.
La espalda está diseñada para moverse y la mayor parte de los problemas que tenemos son por inactividad y por malas posturas asociadas al trabajo y la vida sedentaria actual; como dato curioso decir que la mayor parte de los dolores de espalda no tiene ninguna causa específica conocida, y los médicos suelen poner en su diagnóstico la coletilla de idiopático, y el reposo no va a ser la mejor solución.
Lo normal es que el dolor de espalda, se solucione en unas semanas sin necesidad de ningún tipo de tratamiento, así que tampoco tendrás que alarmarte por ello y ponerte a hacer pruebas de todo tipo para que te saquen “cosas” que realmente no son la causa de tu dolor de espalda, y luego te encuentres inmerso en tratamientos que te van a hacer más mal que bien.
Los antiinflamatorios convencionales como el paracetamol o el ibuprofeno pueden ayudarte en un primer momento pero pueden agravar la situación con el tiempo así que solo te los recomiendo si no te queda más remedio, y si utilizas otro tipo de fármacos más potentes de tipo opioide, corres el riesgo que te solucionen el problema a corto plazo pero que con el tiempo te lo agraven dado que van a aumentar tu sensibilidad al dolor a medida que se abusa de su ingesta.
Y poca gente es consciente de que el mejor medicamento para los dolores de espalda tanto los de tipo crónico como los de tipo agudo, es el movimiento, y eso que hasta no hace mucho, a quienes le dolía la espalda, le recomendaban reposo absoluto, cuando se ha demostrado que no es la solución más acertada; y es que, por un lado el movimiento aunque solo sea un simple paseo, tendrá une efecto analgésico muy marcado sobre el dolor, y por otro lado, ayudará a restablecer la zona con un mayor flujo sanguíneo, y por eso los ejercicios aeróbicos serán grandes aliados.
A la espalda le gustan los desafíos y tratar de no hacer esfuerzos musculares, hará que se atrofie y que su musculatura se vuelva débil y se contracture en sus sus diferentes zonas: cervical, dorsal y lumbar al mínimo movimiento exigente que tengamos durante el día; siempre se ha recomendado no levantar peso a la gente que tiene dolor de espalda y la realidad es que se beneficiarían mucho de un correcto trabajo de pesas, pues aporta una estabilidad y protección sin igual.
Y termino diciendo que la sanidad pública debe priorizar terapias de movimiento con educadores físicos en los pacientes con dolor de espalda en lugar de recetarles tanta pruebas y medicamentos (somos afortunados de tenerlos pero se sobreutilizan), produciendo un mayor gasto al sistema sanitario, peores resultados en los pacientes, y mayores beneficios a la industria farmacéutica.