Un calambre en los gemelos es un problema muy común que ocasiona que los músculos de la pantorrilla se contracturen y duelan en extremo. Normalmente sucede cuando hacemos deporte por un sobreesfuezo continuado o deshidratación, pero también puede suceder en la cama cuando estamos durmiendo sin razón aparente. Normalmente el dolor es temporal y desaparece por sí solo, aunque en algunas personas, los calambres interfieren con el sueño.
El mecanismo por el que tenemos calambres tiene su explicación en que el nervio que conecta al músculo, recibe cientos de impulsos eléctricos por segundo debido a varias causas como el tener más de 50 años, estar embarazada, tener una mala circulación o tomar medicamentos para el colesterol, la presión arterial, el asma o diuréticos. Si en tu caso los calambres no son debidos a ninguna de estas causas puede que tengan su origen en un desequilibrio de minerales en tu alimentación, es decir aportas más de unos minerales que de otros y el músculo se ve descompensado por la noche en su equilibrio de contracción-relajación, y es por ello que deberías tomar más frutos secos y verduras para así poder aportar más magnesio y potasio, que son junto con el calcio (siempre y cuando no se aporte en mayor cantidad que de magnesio), los minerales más deficitarios en las personas que sufren calambres.
Estar bien hidratado también es importante para prevenirlos, y sería suficiente con beber una cantidad de agua que permita mantener tu orina de un color amarillo claro. Además realizar con regularidad ejercicios de estiramientos suaves te ayudará a reducir el riesgo de sufrirlos.
Aunque siempre es mejor prevenir que curar, seguro que no sabes que hacer si sufres sin previo aviso un calambre en las pantorrillas por la noche. Pues es bien sencillo y te doy dos opciones:
1) Levántate y camina un poco, aunque sea cojeando para así activar la circulación de la sangre hacia los músculos.
2) Tómate un baño de varios minutos con agua caliente a la que le añadas unos puñados de sal marina y termina el baño echando durante unos segundos un poco de agua fría sobre la zona de los gemelos.
Aunque es algo innato en la mayoría de las personas que sufren un calambre, no aconsejo demasiado hacer estiramientos en el momento que lo tengamos, ya que esto suele producir una contracción refleja que agudizaría aún más el problema.