La genética es la parte de la biología que se ocupa del estudio de las variaciones entre individuos y de las bases hereditarias; hace referencia a todo lo relativo al ADN, que son las siglas del Acido DesoxirriboNucleico, el cual está presente en el núcleo de la mayor parte de los millones de células de las que consta el organismo humano. La función principal del ADN es albergar la información genética que pasa de una generación a la siguiente. Aunque el interés por el estudio del ADN data de mucho tiempo atrás, ha sido a principios de este siglo cuando se ha producido un gran progreso en su conocimiento y ha despertado un gran interés, no solo en el campo de la medicina, sino también a nivel deportivo.
La duda que nos surge, es si las características genéticas de un individuo, pueden tener influencia en su rendimiento deportivo, dejando en el aire la típica pregunta de si, ¿el deportista nace o se hace?
Desde el punto de vista del genotipo humano, de los miles de genes que tenemos, aproximadamente 200 han mostrado alguna asociación con el rendimiento deportivo, fundamentalmente aquellos que están relacionados con la producción de energía y la estructura muscular, si bien hay tener presente que el rendimiento deportivo es la resultante de la acción combinada de una serie de variables, unas externas (entrenamiento, ambiente, nutrición, dopaje…) y otras internas, donde los principales componentes están representados por los caracteres individuales heredables, que hacen referencia a los genes.
La información codificada por el ADN de un individuo es idéntica para todas las células del organismo, sin embargo, no todos los genes se expresan por igual en las diferentes células, ni a lo largo de la vida del individuo, sino que se activan en ciertos momentos y en ciertas células de determinadas partes del cuerpo, en respuesta a una series de señales ambientales, como pueden ser los estímulos producidos por el entrenamiento.
Podemos afirmar que, el deportista nace y se hace, lo que indica que por mucho que entrenemos como no hayamos nacido con facultades físicas adecuadas, será imposible triunfar deportivamente. De la misma manera aunque hayamos heredado la misma genética de Cristiano Ronaldo, como no entrenamos lo suficiente pasaremos totalmente desapercibidos a nivel deportivo.
Dependiendo de las modalidades deportivas, se le puede dar más importancia a los genes o al entrenamiento, así en deportes de velocidad la genética será más crucial que en los deportes de resistencia, donde el entrenamiento adquiere más relevancia, si bien en todos los deportes se cumple el denominador común que para ser un deportista extraordinario, hay que nacer con una genética privilegiada, que es algo similar a que nos toque la lotería y además deberemos entrenar duramente, algo que depende de la capacidad de sacrificio individual.
Independientemente de nuestra genética, todo@s vamos a obtener innumerables beneficios de hacer deporte, ya que los genes de los seres humanos están hechos para moverse y si no lo hacemos cursaremos graves enfermedades tanto físicas como mentales.