Al hacer deporte sometemos nuestros músculos a continuas contracciones que producen acortamientos y contracturas. Es por ello que el trabajo de flexibilidad va a ser de suma importancia para prevenir lesiones y dar más facilidad a los movimientos. Pero el problema surge cuando muchos los deportistas piensan que es la panacea del entrenamiento y abusan de los estiramientos pensando en que les va a hacer rendir más, y lejos de eso lo que se produce es una merma del rendimiento deportivo al producirse una gran laxitud muscular que disminuye la capacidad elástica del músculo que funciona como si de un muelle se tratase. Si el muelle está muy rígido nos devuelve más energía al estirarlo que si es muy fácil de estirar. Para corroborar esto, os voy a poner un ejemplo: entre los corredores de maratón, cuanto mayor es su nivel atlético peor flexibilidad tienen, así que no busquéis ser muy flexibles a no ser que vuestro deporte sea la natación o la gimnasia rítmica. Otro error puntual en cuanto a los estiramientos se refiere es abusar de ellos los días previos a la competición, en la que el deportista piensa que al disminuir el entrenamiento si estira más le va a venir bien, y lejos de eso se produce el efecto contrario, ya que el descanso unido a los estiramientos genera una falta de tono en la musculatura que disminuye el rendimiento en cuanto a fuerza, velocidad y resistencia.