El síndrome del «empacho»

Muchos deportistas que dejan periodos más o menos largos de inactividad física, tienen el problema de empacharse cuando vuelven de nuevo a la actividad. Esto es lo que muchos entrenadores denominamos “El síndrome del Empacho”. Consiste en quererse comer el mundo durante los primeros entrenamientos, dejándose llevar por la emoción y el “subidón” que produce el deporte, emulando etapas pasadas en las que se era más joven o se estaba más entrenado. Todos los deportistas estamos expuestos a sufrir este síntoma, pero normalmente sucede en gente muy impulsiva que busca resultados a corto plazo, obviando la mayor virtud que tiene un buen deportista, que es la paciencia y el trabajo por lo callado, como las hormiguitas. Aquellos  impacientes deportistas que sufren este peligroso síntoma  se caracterizan por no seguir una correcta progresión y, en lugar de ir poco a poco, aumentando la carga de esfuerzo de manera gradual en el tiempo, no descansan lo suficiente para asimilar las cargas de trabajo. Entrenan tan intensamente que el cuerpo llega a colapsarse física y mentalmente, hasta el punto de tener que realizar un nuevo parón, con la resultante sensación de frustración, desmotivación, cansancio y “empacho” deportivo. Este ciclo se suele ir sucediendo hasta que el propio deportista aborrece cada vez más el deporte, dejando de practicarlo aún teniendo un gran talento para ello. Por eso, a todos los que empezáis un nuevo reto deportivo después de haber estado parados, os aconsejo que os lo toméis con calma y procurando quedar con ganas de más en cada uno de los entrenamientos, porque, como os he dicho, la paciencia es la mayor de las virtudes en el deportista.