«No hay un solo tema científico que no pueda ser explicado a nivel popular (Carl Sagan)».
Con la llegada del buen tiempo seguro que anhelas tener una piel más bronceada y eso implica que tengas que exponerte al sol. Si vas todos los días a las 5 de la tarde a la piscina a tomar el sol durante 50 minutos, verás como los primeros días te pones más o menos rojo y no toleras bien el sol; lo más seguro es que te salgan ciertas irritaciones cutáneas y quemaduras al no haber hecho una correcta adaptación de la piel, hasta que poco a poco tu piel se va acostumbrando y empiezas a tener un cierto bronceado que se estanca a los 10 días y eso que sigues yendo a diario 50 minutos.
En realidad el cuerpo se adapta a esa situación y mantiene la cantidad de moreno (melanina en la piel) a pesar de seguir insistiendo en tomar el sol todos los días. Y llegado este punto, si quieres ponerte más moreno deberás aumentar el tiempo de exposición al sol (mayor volumen del estímulo), o mantener el tiempo pero yendo a horas más centrales del día (mayor intensidad del estímulo). Si esta solución no la haces de manera gradual, y te expones al sol demasiado tiempo y/o a las horas centrales sin adaptación, te volverás a quemar independientemente de que tengas un cierto bronceado.
Todo este proceso para ponernos morenos, lo podemos aplicar perfectamente al entrenamiento deportivo, ya que cuando entrenas siempre lo mismo, mejoras muy rápidamente al principio pero luego el cuerpo se estanca y produce una meseta que resulta muy frustrante para cualquier deportista.
Si haces siempre los mismos entrenamientos durante días y días, no puedes pedir peras al olmo y esperar mejorar con el tiempo. Por tanto, debes variar periódicamente y de manera estratégica, los estímulos de volumen e intensidad del entrenamiento, sin descuidar hacer los correspondientes ciclos de descanso, para que el cuerpo lo asimile, y no te ocurra como la piel que se irrita y llega a quemarse por falta de adaptación y correcta progresión.
Además deberás saber que tipo de piel tienes (bagaje deportivo, condiciones personales y estado de forma) para adaptarla al tiempo y al horario correcto de sol.
Para entrenar de manera “intelligent-e” trata de darte cuenta de este símil entre el bronceado y el entrenamiento, y sé consciente que el cuerpo necesita estímulos nuevos, pues siempre trata de gastar los menos recursos posibles buscando ese instinto de supervivencia que es el que nos ha hecho llegar a sobrevivir durante miles y miles de años en medios hostiles, y tampoco debemos obviar, ni descuidar, una correcta individualización de los estímulos