Las asociaciones contra el cáncer existentes en España hacen una admirable labor de concienciación contra una enfermedad que a todos nos asusta solo con pensar en ella. Y aunque el 4 de febrero sea el día mundial de esta enfermedad, sería bueno tomar conciencia todos los días del año.
Actualmente se destina una gran cantidad de dinero, que suele parecer insuficiente, a financiar la investigación que permita mejorar la curación de los pacientes que la padecen, pero sinceramente, estoy convencido que se salvarían muchísimas más vidas, si se destinara a la prevención, y es que no cabe la menor duda que…
EL CÁNCER ES UNA ENFERMEDAD MUCHO MÁS FÁCIL DE PREVENIR QUE DE CURAR.
Si toda la inversión que se hace para la detección y curación del cáncer, se destinara a promover estilos de vida saludable, se salvarían muchas más vidas, aunque esto no encaje demasiado con la forma de ver y entender la enfermedad, tanto por la sociedad como por los poderes públicos, que ganan más votos invirtiendo en esos programas y máquinas como las mamografías, cuando con ese dinero se podría destinar a ¡¡enseñar en condiciones!! a comer o a hacer actividad física, algo que por un lado no resulta demasiado atractivo a los políticos, pues les daría menos votos a corto plazo (que es lo que siempre buscan), y mucho menos a las industrias farmacéuticas y alimentarias.
Ojalá tuviéramos todo el dinero del mundo para poder invertir en las dos cosas, prevención e investigación, pero cuando es limitado, opino que habría que darle prioridad a la prevención, y es que, desde que somos niños en el colegio a cuando somos adultos en nuestros trabajos, nadie nos enseña con claridad cuales son los hábitos de vida saludable, ni se promocionan lo suficiente, y todo queda muy difuso en pos del beneficio de las grandes multinacionales.
Si bien el sistema sanitario paga o costea gran parte de las medicinas, ¿por qué no sufraga los servicios de un entrenador personal que mejore los hábitos de actividad física, o de un dietista-nutricionista que enseñe que es lo que deben comer y no se le den pirámides alimentarias a los niños, en las que por ejemplo, figuren en su base las galletas o los cereales del desayuno, cuando ambas cosas son bollería industrial disfrazada de saludable?
En fin, sé que estos párrafos pueden ser demasiado críticos en cuanto a que el dinero destinado a la curación del cáncer, yo lo invertiría casi todo en prevención, y es que a mi modo de ver tengo muy claro que sería la mejor manera de empezar el nuevo año para derrotar el cáncer y erradicar esta nefasta enfermedad que de una u otra manera a todos nos ha tocado vivir.
Esto va a dedicado a mi padre, que ya hace unos años falleció por un nefasto cáncer de pulmón, y que estoy seguro que con una correcta prevención desde su infancia no lo hubiese padecido. En su época igual eso de la prevención no era tan fácil, pero en nuestra era, “del bienestar social”, no creo que sea tan complicado, y con ello conseguiríamos que nuestros pequeños no desarrollen un cáncer en su edad adulta.