Cuando entrenamos y nos esforzamos por mejorar en nuestra disciplina deportiva es impepinable que la estabilidad emocional será clave para poder asimilar bien los diferentes entrenamientos.
Un niño que crece en una familia desestructurada, se encuentra en una situación que le va a impedir rendir al máximo de sus capacidades. Del mismo modo, una persona adulta que viva en un continuo conflicto laboral, tampoco rendirá lo esperado por mucho que entrene.
Muchas veces se enfatiza en que el deportista para seguir mejorando debe salir de su zona de confort y aburguesamiento, pero aún así, si se quiere dar el máximo como deportista va a ser mucho más importante su estabilidad emocional, muy por encima de si está o no en esa zona de confort que tan de moda se ha puesto.
El estrés físico de entrenar mucho, si se planifica adecuadamente produce adaptaciones positivas en en el organismo, mientras que el estrés emocional limita al deportista no solo en forma de inseguridades, bloqueos, nerviosismo, agitación, ansiedad,… sino en una peor recuperación y adaptación a los estímulos dados con el entrenamiento.
Como ejemplo a los problemas emocionales a los que tiene que enfrentarse los deportistas cabría citar: separaciones familiares, paro y estrés laboral, muerte de seres queridos, accidentes, enfermedades,…
¿Qué debería hacer el deportista si se encuentra en un periodo de desequilibrio emocional? Pues primeramente reconocer la situación que está viviendo para hacerla consciente y posteriormente reducir, sin lugar a dudas, el entrenamiento tanto en volumen como en intensidad, a la vez que el número de competiciones hasta que se solucione el problema. En caso de no tener solución, esperar un tiempo para poder asimilar la situación pero debe ser consciente de que estará limitado y no se debe presionar para conseguir retos muy exigentes.
No obstante, nunca se debe abandonar la práctica deportiva ya que una cosa es exigirse menos y otra es ser sedentario. El deporte en su justa medida, siempre nos ayudará a superar cualquier situación por conflictiva que sea, y en estos casos no será un objetivo sino un medio, convirtiéndose en nuestra mejor medicina.