No quiero ser demasiado aguafiestas, aunque si pretendo que los más jóvenes, muchos de ellos deportistas, sean conscientes de lo que supone beber alcohol y las consecuencias que tiene.
El alcohol se podría decir que es la droga más antigua y usada en el mundo, concretamente es el alcohol etílico el que se consume y suele ser obtenido por la fermentación de los azúcares presentes en diversas frutas, hortalizas y cereales.
Se ha hablado mucho de que el alcohol reduce el riesgo a sufrir enfermedades coronarias, pero mi opinión es que esta virtud está sobredimiensionada por estudios financiados por grandes empresas sobre todo las cerveceras, al igual que el afamado efecto antioxidante del vino por su contenido en polifenoles, que podrías conseguir igualmente bebiendo mosto tinto que también los contiene.
Los beneficios son limitados pero los inconvenientes son muy abundantes si sobrepasamos un consumo moderado, que sería normalmente la cantidad de alcohol contenido en dos cervezas para los hombres y una para las mujeres, si bien hay que dejar claro que a todos no afecta por igual su consumo, ya que depende de muchos factores, sobre todo el peso corporal.
Centrándonos en los perjuicios para el deportista cabe destacar que dificulta la recarga de glucógeno que es la gasolina del músculo, produce deshidratación, favorece la aparición de calambres, genera pérdida de masa muscular y tiene un efecto depresivo sobre el sistema nervioso.
Pero también tiene otros efectos que perjudican más allá de si somos o no deportistas:
- Favorece la acumulación de grasa, ya que por un lado impide la quema de grasa en el hígado y por otro aporta 7 calorías por gramo, que es como si bebieramos grasa líquida.
- Inhibe la asimilación de vitaminas importantes, como son las del complejo B.
- Nos atonta literalmente generando mareos, pérdida de reflejos, descoordinación, limitación de la visión, somnolencia, alucinaciones, confusión etc.
- Como cualquier otra droga, genera dependencia y alcoholismo, que es una adicción altamente destructiva, al producir daños neurológicos irreversibles.
Parece que tomar alcohol es algo inocuo, bien visto socialmente y que no pasa nada por emborracharse, por lo que habrá que educar más sobre este tema desde todos los ámbitos, incluso desde el deportivo, para que todas las personas sepan los efectos del consumo del alcohol sobre el rendimiento físico y a las alteraciones agudas y crónicas que produce a corto, medio y largo plazo en la salud.
Se debe aprender a dejar de consumir alcohol socialmente, siendo conscientes de sus inconvenientes. Y no sirve de excusa decir que solo es un día y que lo consumimos para festejar un éxito deportivo, un cumpleaños,… porque luego también hay más situaciones en cualquier tipo de fiesta, en los encuentros con los amigos,…. y con el tiempo se va haciendo extensible cualquier cambio emocional ya sea de alegría o tristeza.
¿Y qué pasa cuando se trata de paliar las resacas haciendo deporte? Pues sinceramente me parece que no tiene mucho sentido, ya que lo único que se consigue es agotar más el cuerpo y limitar su recuperación, así que no te pongas de excusa que puedes beber lo que quieras porque al día siguiente vas a ir a sudarlo corriendo o el gimnasio.
Algunos deportistas incluyen bebidas energéticas estimulantes con taurina para superar la resaca con alcohol de la noche anterior y esto puede llegar a ser contraproducente ya que puede ocasionar importantes riesgos para la salud y en especial de origen cardiaco: arritmias, taquicardias e incluso infartos.
Y para terminar, dejar claro que beber cerveza no es una buena solución para hidratarnos, a no ser que sea 0,0%, ya que como dijimos el alcohol produce deshidratación.
Opta por mostos, zumos, bebidas refrescantes a ser posible sin azúcar y por favor consume la menor cantidad de alcohol posible. ¡Está comprobado que no hace falta beber alcohol para divertirse!