A quien no le gustaría estar siempre joven, sin notar el paso de los años. El secreto para conseguirlo radica principalmente en practicar deporte.
A los 20 años, el ser humano no se encuentra en su máximo esplendor físico, sino que necesita en torno a 8 años más para encontrarlo, sobre los 26-30 (según deportes). A partir de esa edad, el declive físico es imparable pero “moviendo el esqueleto” comprobamos cómo podemos retrasarlo hasta tres veces.
A nivel de resistencia, especialidad deportiva que particularmente me apasiona, vemos como, si no hacemos deporte, a los 36 años involucionaríamos, llegando a conseguir el mismo nivel que a los 20 años, pero si hemos entrenado correctamente podemos llegar a prolongar este declive incluso hasta más allá de los 50 años, haciendo que los años pasen tres veces más despacio que para las personas inactivas.
Un ejemplo de esto lo comprobamos en nuestro pupilo Francisco J. Ruiz, “el dentista”, que con 52 años recién cumplidos consiguió hace quince días bajar de las 3 horas en el Maratón de Copenhague, entrando en la posición 148º de entre los miles de participantes. La explicación está en que Paco ha hecho deporte toda la vida y con 52 años se permite el lujo de estar a un nivel de rendimiento atlético similar a uno de 20 años, según el siguiente cálculo en base a lo explicado: 28 + ( 3 x 8) = 52.