Al llegar el mal tiempo y las bajas temperaturas, las personas entradas en kilos, que se disponen a hacer deporte, piensan que al sudar menos van a quemar menos calorías y, como consecuencia, se enfundan en prendas de todo tipo y por encima de ellas un chubasquero, para aumentar la sudoración y con ello adelgazar.
Pero no saben que en realidad se pierden más calorías cuando no se suda, y es que, cuando sudamos, es señal de que el cuerpo necesita disipar calor y por ello frena los mecanismos propios para producirlo, con lo que el gasto calórico se ve reducido. Así, cuando salimos a andar o correr en invierno, quemamos bastantes más calorías que cuando lo hacemos en verano, a pesar de que en esta estación lleguemos empapados y en el invierno no.
Lo mismo ocurre cuando corremos en una cinta o pedaleamos en una bici estática, en un lugar cerrado, porque es un espacio donde se suda mucho, al no tener la resistencia del aire, y la sensación de calorías gastadas es muy grande, pero, al final, el gasto calórico va a ser menor que hacer el mismo esfuerzo en la calle, al aire libre.
En el agua, los efectos del frío se ven aumentados y ello implica que, si nadamos con agua templada (20-24 grados), gastamos el doble de calorías que si lo hiciéramos con agua caliente (28-32 grados).
Con esto animo a todas las personas que quieran perder peso a que, a pesar del frío, no se queden en casa y salgan a andar, correr, montar en bici, patinar, nadar… para así conseguir un mayor gasto calórico que si se encierran en casa dando pedales como locos en una bici estática.
Además, quiero dejar claro que los chubasqueros sólo deben ser utilizados cuando llueve y no para conseguir quemar más calorías, ya que el sudar no sirve absolutamente para nada, en cuanto a este objetivo.
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