El ejercicio en el embarazo

Como sabemos hacer ejercicio es muy sano y durante el periodo de gestación conlleva muchos beneficios en la mejora la salud de la madre y del feto. Si previamente al embarazo ya se hacía ejercicio, en principio se puede seguir practicando las mismas actividades de antes, adaptándolas y modificándolas con sentido común. Hay que tener siempre cuidado en los primeros meses que es cuando se está implantando el embrión y la falta de barriga puede hacer que se haga más ejercicio del que se debiera pudiendo aumentar el riesgo de aborto. Si llevabas una vida sedentaria y vas a empezar a hacer deporte por los beneficios que conlleva, tienes que ser muy prudente y hacer una adecuada puesta a punto con ejercicios suaves que vayan adaptando tu cuerpo poco a poco a la actividad física.

En cualquier caso habrá que tomar unas precauciones básicas:

  • Evitar los deportes de contacto, así como las actividades en las que puedas perder el equilibrio como montar en bicicleta o patinar.
  • Durante el embarazo el cuerpo produce hormonas que dan mayor flexibilidad y elasticidad a las articulaciones para así prepararlas al parto, lo que hace que se esté más susceptible a torceduras y lesiones.
  • Es muy común que los pies se hinchen y necesites usar calzado media talla más grande, aunque un buen truco es llevar zapatillas y aflojar los cordones, pero sin dejar el pie suelto porque habría un riesgo alto de esguince.
  • Bebe agua antes, durante y después de hacer ejercicio. Si no lo haces, te podrías deshidratar, lo cual puede provocar contracciones y aumentar la temperatura, muchas veces alcanzado niveles que pueden ser peligrosos para ti y tu bebé. Recuerda que en los días más calientes y húmedos necesitarás beber más.
  • Después del primer trimestre, debes evitar hacer ejercicios acostada de espaldas ya que esta posición presiona la vena cava, haciendo que disminuya el flujo sanguíneo al cerebro y al útero, y podrías sentir mareos, falta de aire o náuseas.
  • No hagas ejercicio de forma extenuante y recuerda una regla básica de que si no puedes hablar debes disminuir el ritmo y si algo te duele debes parar.
  • Durante el embarazo, circula más sangre por el cuerpo y el metabolismo se acelera, haciendo que sientas más calor de lo normal por lo que será básico que no te ejercites en ambientes calurosos.
  • A medida que crece la barriga, tu centro de gravedad cambia, por lo cual siempre que cambies de posición debes hacerlo con cuidado, si te levantas demasiado rápido te puedes marear, o perder el equilibrio y caerte.

Proponte incorporar el ejercicio a tu rutina cotidiana, lo ideal sería andar entre 30 y 60 minutos todos los días para así conseguir los siguientes beneficios:

  • Fortalecerás tu sistema cardiovascular y te cansarás menos al tonificar los músculos.
  • Dormirás mejor al cansarte lo suficiente para que te relajes y descanses adecuadamente por la noche.
  • Incrementa la circulación periférica evitando los típicos calambres.
  • Alivia los dolores típicos de espalda, piernas…
  • Mejora el parto, ya que cuanto más en forma esté la embarazada, más fuerza y resistencia tendrá al dar a luz.
  • Mejora el ánimo, la ansiedad y los cambios de humor propios de estar encinta.
  • Permite no coger más peso del aconsejado y recuperar la figura antes tras dar a luz.

El embarazo es un momento maravilloso en la vida de una mujer así que disfruta del momento y deja que el ejercicio sea un aliado y no una obsesión.